Crónica II Mushing Villa de Zaratán (05/02/2017)
Domingo 05 de febrero de 2017, tras un año y medio en el club escaqueándome de las crónicas creo que ya va siendo hora de hacerla, así que después de un par de noches cocinándola este es el resultado que ha salido del horno:
Comenzamos prontito, a las 7 AM toca diana, de la emoción salimos de la cama de un salto, hoy no hay tiempo para remoloneos, nos vestimos y hacemos recuento para el paseo mañanero; Ares listo o eso parece ya que está sentado en la puerta, pero las cuentas no salen… se oyen ronquidos al fondo así que alguna no ha oído el despertador, la insistimos un poco y parece que resucita, ¡Menudas horas! estará pensando, pero se la pasa rápido y nos vamos.
Un poco de olisqueo, unos juegos, saludamos a los pingüinos que nos encontramos por la calle, pis, caca y de nuevo para casa, desayunamos, nos damos un agua y nos vestimos para el combate ¡Que hoy toca guerra!
Llegamos a Zaratán y desde la entrada del pueblo ya se ve el ambiente, al fondo se aprecia a “la marea roja” más madrugadora, pero nosotros nos desviamos, somos los encargados de los víveres con lo que nos dirigimos a la churrería del pueblo:
-Chocolate para unos 25 y 50 churros por favor.
-5 litros entonces -me contestan.
No me cuadraron mucho esas cuentas, pero no seré yo quién cuestione al maestro chocolatero y menos aún cuando esos 50 churros se convirtieron en 3kg obsequio del buen hombre para que tuviéramos fuerzas en la carrera, así que le damos las gracias de nuevo y nos dirigimos a la zona de la carrera.
¡Cuando llegamos ya está todo preparado! ¡Me río yo de la eficiencia japonesa de la que tanto alardea Eusebio! Menuda foto que se apreciaba en ese momento:
A la derecha del todo un bonito parque con caminos y césped para calentar y estirar, girando la vista nos topábamos con el escenario, después se encontraba la carpa del club, donde se pasaba el control veterinario y se recogían los dorsales en manos de las simpáticas esquimales que ahí estaban, poco después estaba la zona de llegada donde ya estaba todo preparado y un poco más al fondo las furgonetas de la organización ya aparcadas, señal de que ya estaba todo listo.
Empezaba a llegar la gente, participantes y curiosos que se acercaban a ver que era el estruendo que les había despertado esa fría mañana de domingo. ¡Qué nervios! ¡Y qué frío! Pero en buena compañía y con un chocolate en la mano todo se hace más llevadero.
Se acerca la hora de empezar y cada vez llega más gente, el speaker enciende el micrófono y se oye música de fondo, ¿Será para amansar a las fieras?
Se ultiman los cuatro detalles que faltan, mientras se forman los típicos corrillos para comentar la jugada, las expectativas y los chascarrillos previos a todo evento deportivo, el sol amaga, pero no calienta. De repente se interrumpe la calma y se escucha por megafonía:
-¡Bikejöring y patín a la salida!-
Ahí vamos incluidos nosotros, que debutamos en patín, aunque he de reconocer que haciéndonos los remolones ya que salimos los últimos y en la salida siempre hay mucha tensión.
Nos apartamos un poco para esperar pacientemente, pero parece ser que en estos momentos esa palabra no tiene cabida en nuestro vocabulario y se desata la lujuria, intento sujetar a la “bestia” y al patín pero es imposible, ya ha entrado en modo carrera y quiere salir, le sujeto del collar pero nada, me arrastra incluso a dos patas, de repente, escucho:
“Crunch” No lo creo pensé, pero sí, ¡Se me había roto el pantalón en el forcejeo! Siempre hay que mirar el lado positivo, así que mejor, más aerodinámica, atentamente se acerca Jose (mil gracias de nuevo) a ayudarme a sujetarle y más o menos conseguimos centrarnos en la salida.
-El 12, ¡prepárese para salir!
-¡Nosotros!
Nos ponemos en la línea de salida y empieza la cuenta atrás:
-10,9,8,7,6 ¡suerte!
-¿Suerte? ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Fallará algo?
Miro las ruedas y bien, frenos bien, casco en su sitio, gopro encen
-1, ¡Ya!
Me pilla desprevenido y del tirón casi salimos en caballito, saco la pierna para ayudarle con el impulso pero más que ayudar le freno, así que quietecito que estás más guapo, primer obstáculo: Un charco de lado a lado del camino con una pequeña senda seca en el lado izquierdo
-Ares, ¡uno!
-Ares, ¡uno! -pero está tan concentrado que me ignora.
Empiezo a notar agua y barro en la ingle así que ya sabéis por donde cruzamos el charco, seguimos, siguiente obstáculo, giro pronunciado a izquierdas, nos preparamos y según tocamos los frenos ¡Zas! Bloqueo de frenos e invertido, me rio yo de los que hace Travis Pastrana, paramos, los desbloqueamos quitamos el barro del cable y seguimos, enganchamos una cuesta abajo con viento a favor y volamos ¡Qué sensación! ¡Todo el mundo debería probar esto! Tomamos una curva amplia a derechas y seguimos dirección a la autovía esquivando unos barrotes, llegando al último tocamos un poco el freno y de nuevo otro bloqueo, que bien… los desbloqueamos y seguimos, pero a los 100 metros algo no va bien, las zapatas siguen agarradas así que tras intentar soltarlas sin éxito decidimos abandonar, demasiado cojos vamos con un solo perro como para encima ir frenados, así que unas caricias, unos juegos y patín al hombro que hoy volvemos persiguiendo conejos. Cuando llegamos a la campa un poco de agua, más caricias y a descansar al coche, que aunque con sabor agridulce lo disfrutado no nos lo quita nadie así que cogemos a su relevo que hoy Musita debuta con Garde en la carrera popular.
En apenas segundos llaman a los corredores de la categoría absoluta y vamos corriendo por si hace falta echar una mano en la salida, todo transcurre sin incidencias así que otro tanto para la organización.
Cada vez hay más curiosos por la zona y abarrotan el camino paralelo para ver en primera fila las salidas y llegadas.
Llaman por megafonía a los corredores de la popular y toca esconderse para que Musa no me extrañe y se concentre en Garde, van saliendo corredores con un goteo constante, ¡Qué buena organización! Parece que lo llevaran haciendo toda la vida, sale Arancha con Greta y poco después Garde y Musa al sprint, se ve que la sociabilización ha funcionado y ha dejado los miedos en casa, ¡Menudo ritmo llevan! Cojo la bici y voy por el camino paralelo, no sea que se la acaben las pilas y necesite una motivación extra, en efecto a los 2km se la ve a lo lejos andando y Garde intentando sobornarla con salchichas sin mucho éxito, sin que me vea Miguel me meto en el recorrido para ver que tal van los corredores y se me escapa un:
-¡Adiós musa!
Los 57kg de puro amor se ponen de nuevo en marcha y vuelven a ir al sprint, siguiendo con la bici, unos corredores me preguntan por el itinerario, se lo señalo y les digo que les queda un kilómetro y medio, pongo bien una valla que había tirado el viento y se me escapa otro “Adiós Musa”, por el rabillo del ojo veo que siguen al sprint y que lleva a Garde con la lengua fuera así que nos volvemos a la campa que en breves empieza la carrea infantil y debutamos con Mireia.
Cuando llegamos ya están casi todos preparados, así que cogemos a Ares, buscamos a Mireia y corriendo a la salida. Es difícil describir las caras de nervios e ilusión que allí se veían, pero más graciosos estaban los padres, más de uno y de dos necesitaba un babero al identificar a su hijo preparándose para la carrera. De camino a la salida vemos a dos niñas, la rubia igual no era tan niña, disfrazadas de gatitas, ¡Qué graciosas! Seguro que en la siguiente carrera tienen competencia con los disfraces. En la línea de salida Nando explica el recorrido y da la cuenta atrás:
-5,4,3,2,1, ¡Ya!
Salimos un poco mal, ya que un perro tira un bocado a Ares y este contesta con un gruñido, haciendo que el otro perro se frene en seco y se enreden las correas, pero no pasa nada, los desenredamos y seguimos, un adelantamiento por aquí, otro por allá y a mitad del recorrido ya vamos los primeros, ¡Menudo debut! Un último sprint y el esfuerzo realizado tiene su recompensa, ¡Hemos ganado! Sus padres se comen a Mireia a besos y les hacemos la foto para el recuerdo, ¡Seguro que se acuerda de por vida!
Tras felicitaciones, agradecimientos y presentaciones varias se entregan los premios a los vencedores y un obsequio a todos los niños participantes, junto con la tradicional foto de equipo DE FAMILIA.
Tras terminar con los agradecimientos degustamos unas riquísimas sopas de ajo y salchichada, cortesía del Ayuntamiento de Zaratán, después recogemos todo rápido que nos esperan unas cañitas y comilona de equipo para recargar fuerzas y comentar la jugada entre risas y amigos.
¡Una experiencia única formar parte de este club!
Fdo.: Mario Ruiz
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